El mes de octubre ha sido declarado por la Organización Mundial de la Salud (OMS) como el mes para la sensibilización sobre el cáncer de mama, con el objetivo de aumentar la atención y apoyo a la detección precoz y el tratamiento de esta enfermedad, es por ello que se le ha nombrado “El mes rosa”.
En México la muerte por cáncer de mama representa la primera causa de muerte por cáncer en las mujeres, siendo este el tumor maligno más frecuente entre las mujeres en el mundo.
Después de un arduo trabajo científico a lo largo de los años se ha logrado contar con estudios que pueden realizar tanto exploración como diagnóstico de esta enfermedad, en etapas iniciales y asintomáticas, incluso mucho antes de que sea posible detectarlas durante la exploración manual, por el Doctor o la paciente misma.
El principal estudio es la mastografía y llegamos al punto donde las pacientes nos preguntan cuál sería el estudio más indicado.
Pues resulta que ambos términos hacen alusión al mismo estudio, en países donde se habla español es conocido como mastografía y en algunos lugares se le conoce como mamografía como traducción del inglés “mammography”.
¿Qué es la mastografía?
Es considerada el método ideal para el diagnóstico precoz del cáncer de mama y busca detectar cambios o anomalías en el tejido de los senos.
El estudio consiste en tomar 2 radiografías a cada seno: una desde arriba y una de lado.
Este estudio toma aproximadamente 15 minutos y puede causar molestias tolerables debido a la compresión que se requiere realizar al momento de adquirir las radiografías. En este caso la recomendación es evitar el movimiento inconsciente de retirar la mama durante la presión y elegir una fecha para realizar el estudio donde la sensibilidad mamaria no este aumentada como es el caso de los días premenstruales así como usar el día del examen vestuario que permita descubrir el tórax con facilidad.
Podemos mencionar dos tipos de mastografía:
• Mastografía de detección oportuna.
El estudio se realiza en mujeres de 40 a 69 años de edad sin signos, ni síntomas de cáncer (asintomáticas).
• Mastografía diagnóstica
Se recomienda en mujeres después de que se ha detectado alguna bolita o abultamiento, o algún otro signo o síntoma de cáncer de mama como por ejemplo, cambios en la consistencia o color de la piel, hundimientos, aumento de tamaño de alguno de los senos, secreción por el pezón, dolor, entre otros.
El estudio debe ser interpretado por un médico radiólogo especialista en mama .Es importante recalcar que si se descubre alguna anormalidad mediante la mastografía se requerirá estudios adicionales para descartar o confirmar el diagnóstico. No todos los resultados anormales significan cáncer.
Si bien existen algoritmos de frecuencia para realizar este estudio, sea preventivo, diagnostico o de seguimiento, es el médico especialista quien le dará las indicaciones a seguir en cada caso en particular.
¿Qué otros estudios pueden realizarse en las patologías de mama?
• Ultrasonido de mama:
El ultrasonido utiliza ondas sonoras para hacer una imagen computarizada del interior de la mama.Se puede realizar en mujeres antes de los 30 años de edad, con implantes de mama, embarazadas o que están en estado de lactancia o puede ser un examen complementario de la mamografía en un estudio de la masa densa, no sustituye la mastografía.
• Resonancia magnética:
La resonancia utiliza un campo magnético y ondas de radiofrecuencia, es una prueba de superior capacidad diagnóstica respecto a una mastografía o un ultrasonido. Su capacidad de encontrar cáncer está por encima del 94% pero no es una prueba que podamos aplicar de forma masiva a todas las mujeres, su duración de más de 30 minutos, su incomodidad, su necesidad de usar un contraste endovenoso y el costo más elevado hacen que su uso este limitado a pacientes ya con diagnóstico de cáncer de mama o alta sospecha del mismo.