El hígado, reconocido como el órgano más grande del cuerpo, es de color rojizo oscuro con forma de triángulo que pesa alrededor de 3 libras, está ubicado en la parte lateral derecha alta del abdomen protegido por las costillas inferiores de ese lado y tiene cientos de funciones en el organismo, unas 500, es por ello que se considera un órgano muy importante pero a su vez delicado y dada la cantidad de funciones que realiza, es imposible sobrevivir sin él. Una persona muere 24 horas después de que su hígado deja de funcionar.
Todos hemos escuchado hablar sobre la acumulación de grasa en este órgano y es muy frecuente encontrar hígado graso en personas que padecen diabetes aunque debemos tener en cuenta que el diagnóstico de diabetes, si bien se considera un factor de riesgo, no impone necesariamente esta condición.
Se describe dos tipos de hígado graso:
- El de tipo alcohólico (secundario a la ingestión prolongada y excesiva de alcohol) - El de tipo no alcohólico.
En ese último podemos hablar de un estadio inicial simple donde hay grasa en el hígado, pero poca o ninguna inflamación o daño en las células del hígado y esteatosis hepática no alcohólica donde existe grasa e inflamación y daños en las células del hígado.La inflamación y el daño de las células del hígado pueden causar fibrosis o cicatrización del hígado, lo que puede conducir a cirrosis o cáncer de hígado.
La etapa inicial de este padecimiento presenta muy pocos e inespecíficos síntomas, lo que nos obliga a buscar la enfermedad en presencia de factores de riesgo y sobre todo implementar la prevención como primera línea terapéutica.
Entre los factores de riego más importantes tenemos:
• Pacientes que tienen diabetes tipo 2 sobre todo que tienen obesidad, se plantea que afecta a un 75% de las personas que tienen sobrepeso y a un 90% de las personas que tienen obesidad grave.
• Personas de mediana edad o mayores (aunque los niños también pueden sufrirla).
• Mayor presencia en hispanos, seguidos por personas blancas no hispanos, siendo menos común en afroamericanos
• Cuando presentan altos niveles de grasas en la sangre, como colesterol.
• Pacientes con presión arterial alta.
• Personas que ingieren ciertos medicamentos, como los corticoides y algunas medicinas para el cáncer.
• Cuando hay presencia de trastornos metabólicos, incluyendo síndrome metabólico.
• Ante la pérdida brusca de peso.
• En pacientes que han tenido ciertas infecciones hepáticas como la hepatitis viral.
• Personas que han estado expuestos a ciertas toxinas.
Hoy, muy paralelo al aumento de las tasas de obesidad, diabetes tipo 2 e hiperlipidemias, el alza en la incidencia de enfermedad por hígado graso va ganando terreno cada día, razón por la cual debe considerarse como un importante renglón dentro de los programas de salud preventivos y difundir en la población las recomendaciones para prevenirlo dentro de las cuales hoy citaremos las más significativas:
1. Disminuye los azucares en la alimentación diaria: todos los alimentos ricos en azúcar hacen que aumente la resistencia a la insulina, y como consecuencia acumulación de grasa en el hígado. Sigue siempre indicaciones de un Nutriólogo clínico evitando dietas muy restrictivas.
2. Realiza actividad física diaria (mínimo treinta minutos), esto mejora la sensibilidad a la insulina y te va a llevar a bajar de peso, está demostrado que la disminución de peso mejora la función hepática.
3. Incorpora frutas enteras en la alimentación, evita los jugos. El trasformar las frutas solidas a líquido, aumentas la disponibilidad de la fructosa (azúcar) aumentado los niveles de glucosa en sangre favoreciendo así la conversión de grasa en el hígado.
4. Aumenta el consumo de verduras en tu dieta, algunos componentes de las verduras como los triterpenos y carotenos disminuyen la inflamación hepática y el acumulo de grasa.
5. Recuerda lavar correctamente las frutas y verduras antes de consumirlas para reducir la exposición a posibles pesticidas.
6. Aumenta el consumo de agua, la buena hidratación del intestino mejora la absorción de nutrientes y con esto mejora el metabolismo hepático, recuerda tomar el agua traguito a traguito.
7. Disminuye el consumo de grasas vegetales hidrolizadas como mantequilla y aceites vegetales.
8. Disminuye el consumo de embutidos, su alto contenido en grasas trans puede fomentar la formación de grasa en el hígado.
9. Evita la ingestión de bebidas alcohólicas y hábitos tóxicos en general.
10. Si trabajas con sustancias tóxicas que pueden ser perjudiciales utiliza siempre las medidas de protección para la salud.
11. Evita automedicarte o remedios caseros sin consultar a tu doctor de seguimiento.
12. Asiste a tus consultas médicas de seguimiento para revisión y detección temprana, recuerda que es posible revertir el daño cuando se detecta en estadios iniciales.
Dra Márquez Landestoy
Centro Cubano de Atención al Diabético.